El pensamiento transcomplejo: Mirada genealógica, evolutiva y prospectiva desde la REDIT

EL PENSAMIENTO TRANSCOMPLEJO: MIRADA GENEALÓGICA, EVOLUTIVA Y PROSPECTIVA DESDE LA REDIT  (*)
 
Autores:  
Crisálida Villegas Postdoctora en Ciencias de la Educación, Educación Latinoamericana y del Caribe, Investigación y en Investigación Transcompleja, Doctora en Ciencias de la Educación, Magister Scientiarum en Andragogía, Profesora de Biología y Química (UBA), Directora de FEDUBA, Investigadora PEII Emérito, autora y co-autora de varios libros sobre investigación y transcomplejidad.
Antonio Balza
Postdoctor en Epistemología y en Investigación Transcompleja, Doctor en Ciencias de la Educación, Magister en Economía, Especialista en Mercadeo, Economista, Profesor Titular(UNESR), autor de una extensa obra en el campo de la complejidad, transdisciplinariedad y transcomplejidad.
  Aceptado para su publicación: Diciembre 2020  
Como citar: Villegas, C y Balza, A. (2021). El pensamiento transcomplejo: mirada genealógica, evolutiva y prospectiva desde la REDIT. Revista Electrónica Miradas Transcomplejas. https://miradastranscomplejas.wordpress.com/2021/02/26/el-pensamiento-transcomplejo-mirada-genealogica-evolutiva-y-prospectiva-desde-la-redit/


EL PENSAMIENTO TRANSCOMPLEJO: MIRADA GENEALÓGICA, EVOLUTIVA Y PERSPECTIVA DESDE LA REDIT

Resumen

El desarrollo de la ciencia se acrecienta cuando hacemos uso de la libertad de pensamiento y de la ilimitada capacidad para saltar los confinamientos epistemológicos y aperturarnos a nuevas verdades provisionales. Esto significa, transcomplejizar el pensamiento para comprender la transubstanciación de los paradigmas epistemológicos y participar en la dialéctica que germina de la confrontación entre lógicas científicas contrapuestas y/o complementarias para abordar realidades multiversas. Estas ideas motivan el artículo que discurre en torno a la genealogía, evolución y prospectiva de la transcomplejidad desde la mirada de la Red de Investigadores de la Transcomplejidad (REDIT) como  pensamiento que hoy trasciende el ámbito de la comunidad académica internacional.  Se puede concluir, que en su genealogía epistémica, la transcomplejidad deviene de los aportes de la complejidad y la transdisciplinariedad, en tanto en su desarrollo y evolución evidencia múltiples avances que permiten asumirla como una cosmovisión investigativa de  complementariedad paradigmática y metodológica, la cual en sí misma encarna una transepistemología en construcción, que a futuro se debe consolidar como una alternativa investigativa integradora y transgresiva para abordar la multiversidad de la realidad y producir conocimientos que apalanquen el cambio social.

Descriptores: Complementariedad, Pensamiento, REDIT, Transcomplejidad

THE TRANSCOMPLEX THOUGHT. GENEALOGICAL, EVOLUTIONARY AND PROSPECTIVE LOOK FROM THE REDIT

Abstract

The development of science increases when we make use of the freedom of thought and the unlimited capacity to jump the epistemological confinements and open ourselves to new provisional truths. This means, transcomplexing thinking to understand the transubstantiation of epistemological paradigms and participate in the dialectic that germinates from the confrontation between scientific logics against opposing and / or complementary to address multiverse realities. These ideas motivate the article that revolves around the genealogy, evolution and prospects of transcomplexity from the point of view of the Network of Researchers of Transcomplexity (REDIT) as a thought that today transcends the scope of the international academic community. It can be concluded that in its epistemic genealogy, transcomplexity comes from the contributions of complexity and transdisciplinarity, while in its development and evolution it shows multiple advances that allow it to be assumed as an investigative worldview of paradigmatic and methodological complementarity, which in itself It embodies a transepistemology under construction, which in the future must be consolidated as an integrative and transgressive investigative alternative to address the multiversity of reality and produce knowledge that leverages social change.

Descriptors: Complementarity, Thought, REDIT, Transcomplexity

Obertura de un recorrido transepistémico productivo

El conocimiento es un bien del que estamos hechos, pero cuando el pensamiento del ser humano se transcomplejiza, es inminente su reconstrucción, pues no existe realidad alguna que se resista al pensamiento transcomplejo (p. 3). Los autores.

Asumimos como punto de partida, que existe una complejidad ontológica implicada entre pensamiento, realidad, episteme y paradigma de investigación. De este modo, el pensamiento es inmanente a la facultad neurocognitiva del sistema cerebro-espíritu-universo, el cual conduce a la inteligibilidad de toda realidad, de todo ser, mientras que la episteme alude a la perspectiva desde la cual pienso la realidad, en tanto el paradigma de investigación designa la forma como se despliega la episteme por los tendidos gnoseológicos de las ciencias en una determinada época.

En ese contexto, la idea de paradigma constituye el núcleo epistémico que reúne e integra a los miembros de una determinada comunidad académica, que comparten por consenso visiones, teorías y métodos de investigación que se consideran legítimos, así como los criterios para examinar la validez, tanto de las verdades construidas, como la pertinencia de las soluciones propuestas a las interproblemáticas sociales.

En este horizonte ideático, el pensamiento es en sí mismo, una arma grande y poderosa del ser humano; veloz, libre e impertérrito y cuando se transcomplejiza, se vuelve más escrutador de la existencia material e inmaterial del universo; además, es capaz de develar todos los misterios que subyacen en la franja ofuscada de la ciencia, al instituirse como la principal gloria del hombre de ciencia que orienta la trama de la vida cargada de certeza e incertidumbre. Estas ideas permiten argumentar, que el conocimiento es un bien del que estamos hechos, pero cuando el pensamiento del ser humano se transcomplejiza, es inminente su transformación y reconstrucción, pues no existe realidad que se resista al pensamiento transcomplejo.

En este sentido, existe en Venezuela y en muchas partes del mundo, una nutrida comunidad académica investigando alrededor del pensamiento transcomplejo, entendido como un transparadigma investigacional de complementariedad en consolidación, tal y como lo refieren Villegas y Schavino (2006) consideradas entre sus principales proponentes. El artículo se inscribe dentro de una triple vertiente teleológica visionada desde la REDIT: En primer lugar, dar a conocer el tracto genealógico del pensamiento transcomplejo, en segundo término, exponer su traza evolutiva y productiva, lo cual le asegura sostenibilidad en el tiempo y en tercer lugar, visionar su horizonte prospectivo, así como también aportar algunas cavilaciones y reflexiones acerca de sus dimensiones filosóficas y praxiológicas.

Es producto de las experiencias epistémicas y reflexiones de los autores en el campo de la transcomplejidad, pero también se alimenta de la revisión documental de algunos de los productos científicos publicados por la Red de Investigadores de la Transcomplejidad (REDIT), concebida esta como una comunidad de investigadores donde se estudia y promueve este modelo de pensamiento.

Tracto genealógico del pensamiento transcomplejo

Este modelo de pensamiento, denominado desde la REDIT, como Enfoque Integrador Transcomplejo, tiene su origen en la Universidad Bicentenaria de Aragua en el año (2003),  en el marco del primer post doctorado en Ciencias de la Educación, producto de un profundo proceso de reflexión epistémica que desafía nuevas tendencias en el campo de la investigación social, entre estas: la complejidad y transdisciplinariedad; allí se produce un libro colectivo titulado: Cosmovisiones de la Educacion en el Contexto de la Transcomplejidad. Es pertinente precisar, que en ese momento asumimos la transcomplejidad como una perspectiva epistemológica que integra y trasciende ambas corrientes de pensamiento, sin entrar en una definición acabada.

Posteriormente, en el año (2005) en un Curso de Investigación convocado también por la Universidad Bicentenaria de Aragua, se logró concretar un segundo libro ya con la intención explícita de consolidar un nuevo enfoque investigativo que denominamos el Enfoque Integrador Transcomplejo (EIT), el cual se empezó a divulgar a inicios del año (2006). En este contexto, algunos miembros del grupo original de investigadores adscritos al Centro de Investigación de Postgrado de la Universidad Bicentenaria de Aragua (CIPUBA), continuaron trabajando en la profundización de este enfoque, lo que implicó un cambio en la mirada caracterizadas por la intersubjetividad, la dialogicidad,  distintos modos de interrogar la realidad, la confrontación de diferentes racionalidades, la complementariedad, la multiversidad de lenguajes y otras sensibilidades epistémicas.

Se asume como fundamentos del nuevo enfoque, como ya se señaló, la complejidad pero concebida como una característica de la realidad y la transdisciplinariedad como una alternativa para su comprensión, interpretación e intervención. Aquí es bueno destacar, que el basamento teórico epistemológico que se tomó en ese entonces, no provienen solamente de los inestimables aportes de Edgar Morín (2001), como algunos plantean; sino también de  autores tales como: Ugas (2006), Fernández (2006), Moreno (2008) y Massé (2008), entre otros.

En ese momento, la investigación transcompleja se define como un proceso bio afectivo, cognitivo, socio-cultural, político e institucional de producción de conocimientos complejos, entendido éste como aproximativo, referencial, científico y cotidiano, que considera como elemento interactuante lo biológico, afectivo, social, histórico, antropológico, político, económico, ético y espiritual. En este escenario epistémico, el término transcomplejo es asumido como una nueva cosmovisión investigativa de complementariedad, que permite dar cuenta de una realidad múltiple y diversa, de acuerdo con Villegas y col (2006), definición que complementa Villegas en el año (2012).

Desde este punto de vista, en la relación dialógica entre sujeto y realidad, el sujeto pensante y observador es, a la vez, pensado y observado en un proceso de reflexividad profunda, por lo que a esta relación epistemológica se puede denominar subjetividad compleja, objetividad dinámica o subjetividad caleidoscópica, como lo denomina Najmanovich (2001).

En esta etapa definitoria, también Villegas (2005) plantea una concepción de la nueva ciencia transcompleja, la cual germinade lacontroversia entre el consenso y el conflicto, de la interrelación de redes cognitivas, pensamientos y acciones, en tanto propósito por generar un conocimiento aproximativo y referencial, siempre en ciernes y expuesto a la validación y legitimación social.

Se trata de una ciencia en construcción, cuya teleología cardinal es: la explicación multicausal, la comprensión hologramática y la transformación de toda realidad que, según Balza (2020), integra y trasciende los fundamentos epistémicos del racionalismo, el empirismo y la fenomenología desde la razón creática y heurística del pensamiento activando la imaginación co-creadora del ser humano. Hasta aquí ubicamos la traza originaria del pensamiento transcomplejo.

Mirada evolutiva y productiva del pensamiento transcomplejo

Este aparte del discurso pretende dar cuenta del desarrollo evolutivo y productivo del pensamiento transcomplejo, que se inicia cuando muchos de estos investigadores se desincorporan laboralmente, por diferentes motivos de la UBA; se propuso, como alternativa, una manera de continuar el trabajo mediante la constitución de la Red de Investigadores de la Transcomplejidad (REDIT) a finales del año (2010). 

A partir de entonces, se trascienden las fronteras del escenario institucional original, puesto que en la actualidad, la Redit está conformada por investigadores de diferentes universidades públicas, siendo la única institución privada la UBA, en el marco de la cual se ha logrado una prolífera producción intelectual que alcanza más o menos (50) libros colectivos, producciones en parejas e individuales, todos orientados a fundamentar y profundizar esta perspectiva de pensamiento como postura de investigación emergente.

Una síntesis apretada de los principales desarrollos epistémicos en el campo de la transcomplejidad, permite señalar una extensión de su conceptualización original, cuando Villegas (2012b:20), la asume como “una actitud que reconoce la existencia de una pluralidad de categorías conceptuales y aproximaciones que han sido relegadas por la ciencia de la modernidad, como la cotidianidad, lo imaginario, lo poético, la estética, la integración de saberes y la dialéctica comunicativa entre conocimiento científico y reflexión filosófica…”

En tanto propósito por instituir los fundamentos teóricos de la investigación transcompleja, se plantean relevantes avances en el libro colectivo titulado: Diálogos Transcomplejos, cuya autoría es de Villegas y col (2012). En este texto, se asumen como tales, además del pensamiento complejo y la transdisciplinariedad: la teoría general de sistemas, la cibernética, teoría de la información, la resonancia mórfica y la teoría de los rizomas.

En el mismo año, Villegas (2012) en una ponencia titulada: Epistemología y praxis de los métodos complejos. Una utopía posible, plantea como fundamentación teórica de este enfoque epistemológico, algunos principios, teorías y lógicas científicas, tales como: El principio de incertidumbre de Heisenberg, principio de Incompletud de Gödel, la lógica semántica de Tarski, la autopoiesis de Maturana y Varela, la dinámica de sistemas de Forrester, la teoría del caos de Lorenz, la termodinámica de sistemas distantes al equilibrio de Prigogine, la teoría de la catástrofe de Thom y la geometría fractal de Mandelbrot, entre otras.

Desde esta visión teórica multiversa que sustenta el pensamiento transcomplejo, podemos colegir, que este modelo de pensamiento no se puede agotar en definiciones teórico conceptuales confinatorias, simplificadoras y univocas, ni mucho menos constreñidas en los límites gnoseológicos de teorías de poco alcance generalmente subordinadas a un determinado paradigma de investigación.

Esto significa para Balza (2020), que toda pretensión epistémica por construir el soporte teórico de la transcomplejidad, deviene en un discurso que bordea una cosmovisión integradora de múltiples teorías, principios y lógicas científicas que debe dar cuenta, tanto de la multidimensionalidad del ser, como de la multiversidad de lo real complejo, todo lo cual se recrea en un translenguaje de alcance transcontextual.

En esta misma línea de pensamiento, Nederr (2015) hace un excelente aporte intelectual, al configurar una aproximación a una trama teórica transcompleja (TTT) incorporando, además de las ya mencionadas, otras teorías como las redes neuronales, la biónica y la robótica, la teoría de los rizomas, de la sincronicidad, de las interacciones fundamentales, la teoría de las cuerdas, teoría M y U, de los agujeros negros, de la cromo dinámica cuántica, de los universos paralelos, del campo unificado, del todo y de la materia oscura, así como también,  los principios que se derivan de cada una de estas miradas en su aporte a la transcomplejidad.

De este modo, la trama teórica transcompleja, no solamente designa una visión de diálogo epistémico y concurrencia de miradas teóricas en torno a la multiversidad de lo real, sino que es, al mismo tiempo, expresión y fundamento de las concepciones y racionalidades científicas en un encuentro de complementariedad y de transdisciplinariedad para enriquecer y fortalecer el entretejido teórico de la transcomplejidad y la unidad del conocimiento. Esta mirada acerca dela transcomplejidad, es concordante con la concepción de Balza y Schavino (2020), quienes postulan que:

…esta constituye un transparadigma en consolidación, que se nos transparenta a través de un particular estado de la conciencia para cosmovisionar, no solamente la puja dialéctica entre múltiples teorías y lógicas científicas, sino para valorar la interdependencia sistémica de todos los niveles de realidad.( 48)

Por su parte Zaá (2015:11) ha venido construyendo los fundamentos filosóficos que soportan la transcomplejidad al visionarlos como: “un ejercicio de pensamiento mediante el cual se crean espacios de reflexión, donde se entrelazan las percepciones objetivas y subjetivas de la realidad, sus dimensiones lineales y multidimensionales, las concepciones universales y multiversales…”

Estrechamente relacionada con el trasfondo filosófico de la transcomplejidad, se implica la razón epistemológica del conocimiento, escenario epistémico en el cual  Schavino (2009. 2015) ha venido desarrollando los fundamentos epistemológicos de la transcomplejidad, planteando una transepistemología en construcción, sustentada en cinco principios de asiento que se entrecruzan recursivamente en la praxis investigativa, tales como: la complementariedad paradigmática, la sinergética relacional compleja, la dialógica recursiva, la integralidad y la reflexibilidad profunda.

Este planteamiento encaja dentro de los aportes de Balza (2019) quien propone que, dada la hipercomplejidad de las fenomenologías caóticas de los sistemas sociales, debemos apostar por epistemologías emergentes, es decir, recurrir a una transepistemologia, entendida ésta como:

Un modo de pensar y comprender lo real, para desafiar visiones verdaderamente transparadigmáticas y transmetodológicas, en tanto propósito por abordar realidades crecientemente complejas y dinámicas, interdependientes e impredecibles. La idea cardinal es escudrificar nuevos itinerarios gnoseológicos para trascender más allá del dilema de los métodos y aproximarnos a lo desconocido. Lo transepistémico no puede agotarse en una epistemología de lo simple, de lo uno y disciplinar, sino convertirse en un detonante epistémico para reemplazar la insuficiencia de las epistemologías establecidas en la médula de las Ciencias Sociales de la modernidad científica.( 89)

Esta proposición permite desplegar, que una postura transepistemológica para abordar el objeto de estudio en el contexto de las ciencias sociales, implica una desobediencia a las epistemologías dominantes, es decir, aquellas que sustentaron la construcción de las ciencias de la modernidad orientadas por el control, el reduccionismo de toda realidad y la predeterminación aleatoria del conocimiento.

En esta búsqueda de una epistemología para la transcomplejidad también han participado Meza (2015) y Salcedo (2017), en tanto Villegas (2009) por su parte, ha venido investigando para abordar y fortalecer las dimensiones teleológicas, ontológicas, epistemológicas y metodológicas de la transcomplejidad.

En correspondencia con la transepistemología, se encuentra la transmetodología y en este  campo, Villegas (2005, 2009, 2012:50) ha estado trabajando en la búsqueda de los fundamentos metodológicos de esta visión investigativa, señalando como principios metodológicos fundamentales: la complementariedad metodológica, el trabajo en equipo y la reflexividad profunda. El grupo a través de su práctica y experiencia inicia su propia construcción de los métodos, sus miembros aprenden el uno del otro, integrándose como un grupo transdisciplinario, mediante un diálogo continuo entre sus miembros.

El equipo es en sí mismo un dispositivo complejo, donde se entrecruzan saberes, experiencias e intersubjetividades. Un aspecto fundamental es que durante todo el proceso de investigación, la reflexión profunda del equipo debe ser el eje que trascienda la integración de los multimétodos.

Posteriormente, Villegas (2012) incorpora otros tres principios metodológicos: la reflexión-acción colectiva, el diálogo transdisciplinario y la emergencia de un nuevo lenguaje o translenguaje.

Por su parte, Rodríguez (2010:158) plantea el método integrador transcomplejo (MIT), destacando que “puede tener variantes de acuerdo a la realidad estudiada”. Este método implica cuatro fases que se realimentan mutuamente: revisión transdisciplinaria multirreferencial, primera, segunda y tercera instrumentación. Aclara el autor, que este sería un posible método para utilizarlo en la transcomplejidad, más no el único y tampoco acabado, pues afirmarlo sería una contradicción contra la propia naturaleza y concepción de esta cosmovisión epistémica.

Así las cosas, la razón metodológica del pensamiento transcomplejo deviene en una encrucijada de caminos, que necesariamente se condensa en la reflexión hermenéutica a profundidad que, en sí misma, sintetiza un particular método de construcción teórica, como lo expone Balza (2012):

Se funda en el diálogo recursivo y emancipador que interroga las mentes a profundidad, es decir, aquel que abre caminos al razonamiento abductivo y permite la conjunción reflexiva de estilos de pensamiento, patrones de descubrimientos y estructuras de razonamiento, el cual se expresa en la ontología transversal del lenguaje (p. 41).

A propósito de la reflexión hermenéutica, a través de esta se nos transparenta una dialógica recursiva, una confrontación dialéctica entre las mentes de los seres humanos, que auxilia la búsqueda trascendente de sentido y significado dentro de una historicidad específica desde la comprensión e interpretación del discurso que narra la multirreferencialidad de lo real complejo.

La metodología en el contexto de la transcomplejidad, también ha sido abordada por Balza (2013; 114) quien formula seis aspectos que denomina portales de la indagación humana de un pensador transcomplejo, tales como: la reflexión filosófica en tanto amor por la sabiduría, la crítica irreverente respecto a lo conocido, la libertad de pensamiento para abordar todo objeto de estudio, la interrogación permanente de modo diferente del estado del arte del conocimiento, la imaginación creadora desde el pensamiento heurístico y una actitud cosmovisionaria para entrar en contacto con un universo ilimitado.

Una postura epistémica como la antes planteada, implica un nuevo lenguaje por lo que los fundamentos lingüísticos los ha venido trabajando Salazar (2015) partiendo de la premisa de que existe un vínculo inescrutable e indisoluble, entre la mente y el lenguaje, por ende, al cambiar el modo de pensar, es indispensable un nuevo lenguaje que sea capaz de comunicar ese nuevo pensamiento. También, Balza (2015) se ha incorporado al estudio y búsqueda del lenguaje más adecuado a la transcomplejidad, es decir, insiste en la necesidad de construir colectivamente un translenguaje, que le asegure una identidad propia al pensamiento transcomplejo.

Por su parte Stella (2016) está en la búsqueda de los fundamentos éticos de la transcomplejidad al señalar, que la ética es un viaje hacia lo conciencial que requiere del diálogo permanente para arribar a acuerdos consensuados.

Respecto a los fundamentos tecnológicos, Perdomo (2010) y Pérez (2017) señalan que una de las características importantes de la transcomplejidad es lo inacabado del conocimiento, por lo que un punto focal de su gestión es la tecnología de la información y comunicación, pues uno de sus retos apremiantes consiste en crear un banco de conocimiento acerca de la temática. Al respecto, Villegas y Alfonzo (2016) plantean la posibilidad de crear cibercomunidades de investigación, como un espacio para construir y difundir conocimiento en procesos de inter colaboración, donde pueden participar profesionales de múltiples disciplinas desde una perspectiva transversal.

De este modo, la transversalidad encarna un planteamiento rector, que recoge los aportes que otras disciplinas hacen a la transcomplejidad en tanto estas son pensadas desde esta cosmovisión paradigmática, como las ciencias jurídicas, la gerencia, el deporte, las ciencias de la salud,  las ciencias administrativas y contables, la educación , entre otras. Algunos de estos planteamientos se concretan en la obra de Villegas (2013) titulada: La Transcomplejidad. Una Nueva Forma de Pensar y en el libro colectivo: Ejes Transversales de la Investigación Transcompleja (2017).

Concretando algunos hechos relevantes en este devenir epistémico productivo, entre el (2010) y (2014), se asume la transcomplejidad como línea de pensamiento matriz de la investigación en la Universidad Bicentenaria de Aragua. En este período se realiza la primera y segunda jornadas de investigación de la REDIT durante los años (2012 y 2013); además, se dictó en forma colectiva un Seminario Doctoral en la Universidad de Carabobo (sede Valencia) y se empezó a producir libros electrónicos.

Entre el año (2014 y 2018), se realizó el Primer Postdoctorado de Investigación Transcompleja en la UBA; se asumió la postura transcompleja en el modelo curricular de la UBA (2015); se iniciaron tres tipos de eventos científicos que aún se mantienen: (a) Diálogo Transcomplejo (2016) en la UBA, Workshop (2017) en UNITEC y Coloquios Epistémicos (2018) en San Juan de los Morros. De cada uno de estos eventos se generaron importantes producciones escritas.

Así, en el año (2016) se produce el libro colectivo titulado: Tendencias Epistemológicas de la Transcomplejidad; en el año (2017), se publica el texto, Comprendiendo la Transcomplejidad, mientras que en el año (2018) se elabora el libro colectivo: Miradas Transcomplejas de la Educación y la Investigación, como producto del primer coloquio epistémico auspiciado por la REDIT. Este libro se publica bajo el sello del Fondo Editorial REDIT (FEREDIT), el cual se creó en el mismo año, pues hasta ese momento las producciones acerca de esta postura transparadigmática se venían publicando en convenio con FEUBA y ESCRIBA, Escuela de Escritores, lo cual se continúa haciendo según sea el origen y naturaleza de la producción escrita.

El pensamiento transcomplejo en prospectiva

El libro colectivo de la junta directiva de REDIT titulado: Investigación transcompleja. Génesis, Avances y Prospectivas, evidencia, que en el año (2016) se hizo esa reflexión acerca de estos aspectos; no obstante, como han pasado cuatro años pareció pertinente generar el presente artículo.

En esta misma línea discursiva, el libro que se presenta en el año (2019) se titula: Disquisiciones acerca de la Investigación y la Espiritualidad, segundo texto que explora una temática de gran importancia, en tanto genera un debate en el ámbito de la comunidad académica, al valorar los aportes de las ciencias espirituales. Consideramos que esta es una perspectiva gnoseológica que a futuro permitirá profundizar en temáticas trascendentes, que constituyen grandes desafíos epistémicos en el contexto de una sociedad planetaria en permanente transformación.

Es importante acotar, que durante el año (2020) se logró la publicación de algunos textos importantes, entre los que cabe mencionar: El Umbral de las Transciencias Sociales, Un debate necesario desde la Transcomplejidad, de Balza y Schavino; Investigación Transcompleja. Red de Investigadores de la Transcomplejidad. Una visión histórica desde su producción científica, de Schavino; Transcomplejidad. Cosmovisión de complementariedad, de Alfonzo, Perdomo y Mendoza y un Dossier colectivo acerca de Preguntas sobre la Transcomplejidad, aspiración anhelada desde la REDIT, puesto que da inicio a otro proyecto a futuro relacionado con la formación de la comunidad académica para el fortalecimiento del pensamiento transcomplejo. Ya en el inicio del año 2021 se publica un libro colectivo titulado: Pandemia el despertar de la humanidad, cuyos autores: González, Salazar, Pérez, Silva, León y Balza son miembros activos de la red.

Está en la agenda de REDIT, profundizar esta línea de trabajo durante el año en curso, mediante esfuerzos coordinados con otras instituciones educativas y de investigación, razón por la cual, desde abril de este mismo año se inicia el Programa formativo de la red, en cuyo contexto se han realizado varios cursos, entre el que destaca el de Investigación Emergente, cuyo producto son dos libros: uno, generado de la compilación de los aportes de los facilitadores y el otro, de los participantes, algunos de estos del hermano país de México. 

Además, recientemente hemos firmado convenio con la Universidad Tecnológica del Centro (UNITEC) con miras a dictar el posdoctorado de Investigación emergente, del cual ya se están dictando tres cohortes. También, en este programa ya se generó el primer libro, Investigación Transcompleja. Un Rostro de Libertad Paradigmática y dos textos más, que están en proceso de elaboración.

Igualmente, aspiramos consolidar el Nodo Investigación, Transcomplejidad y Ciencia (NITC), que forma parte de la Red Internacional In Complex de la comunidad de pensamiento complejo de Edgar Morín y que nace por iniciativa de dos miembros de la REDIT. Esta nueva red de investigadores, considerados hijos de REDIT, ya en el año (2020) produjo sus tres primeros libros colectivos y el primer número de su Revista ITC.

Una primicia para finalizar esta mirada prospectiva, es la publicación de un libro escrito por Villegas y Silva (2020) que da cuenta de la construcción de la matriz transepistémica de la transcomplejidad, en tanto propósito por contribuir a fortalecer su identidad.

Ideas concluyentes de un recorrido epistémico inconcluso

Los lectores se preguntarán, si el propósito del artículo es dar a conocer y promover una cosmovisión de investigación alternativa porque, además de los contenidos propios de la Investigación Transcompleja y del Enfoque Integrador Transcomplejo en particular, se plantean los logros de la REDIT y sus proyectos como comunidad académica en crecimiento. La respuesta tiene dos vertientes.

La primera es demostrar la sostenibilidad del pensamiento transcomplejo en el tiempo, puesto que existe una rica producción intelectual nacional ininterrumpida durante más de quince (15) años; así como también, una comunidad de científicos sociales en los ámbitos nacional e internacional investigando desde esta perspectiva. 

La segunda es confirmar, que la transcomplejidad designa un transparadigma en consolidación, con muchas potencialidades para generar una verdadera transformación en la médula de la investigación universitaria e impactar a la sociedad; especialmente, frente a una realidad social cambiante y multiversa. Nos atreveríamos  a asegurar, que la transcomplejidad como transepistemología  llegó para quedarse, a pesar de la resistencia que aún manifiestan algunos sectores de la comunidad académica.

De la idea precedente se desprende, que el pensamiento transcomplejo traduce una transepistemologia en construcción, lo cual confirma que la transcomplejidad encarna un transparadigma en afianzamiento, que permite dar cuenta, tanto de la multidimensionalidad del ser, como de la multiversidad de la realidad en un viaje del pensamiento que integra lo simple, lo complejo y transdisciplinario, cuya esencia transepistémica se nos transparenta a través de un translenguaje de alcance universal.

En definitiva, cuando la realidad es examinada desde la transcomplejidad, es hechura de la multiperspectividad del pensamiento, en tanto el ser humano – que forma parte de ésta- es abordado en su multidimensionalidad (física, biológica, material; además de emotiva, afectiva, axiológica, histórica, cultural y espiritual). Desde esta amplia mirada epistémica, la realidad se vuelve multiversa y transfiguracional, puesto que la misma está expuesta a disímiles lecturas, percepciones e interpretaciones, todo lo cual deviene en una nueva forma de pensarla, interrogarla y resignificarla para la construcción de una nueva verdad, siempre provisional.

Referencias

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Publicado por reditve

Red de Investigadores de la Transcomplejidad Construyendo la nueva ciencia Venezuela

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